Cuando todo es el problema…

Mujer estresada frente al computador
  • Cuando tienes ganas de llorar.
  • Cuando crees que no escuchas…
  • … y cuando escuchas demasiado
  • Cuando tienes que hacerte a un lado – otra vez – para que alguien más no se moleste.
  • Cuando llevas días sin dormir.
  • Esa colitis por ansiedad.
  • Cuando las cosas se están saliendo de control.
  • Cuando crees que estás perdido, sin saber qué hacer.

Los escritores de tu vida se han vuelto locos.
Las cosas se están saliendo un poco de control


Estrés, ansiedad y depresión.

Son la no tan santa trinidad de los problemas que afectan la salud mental, y parece que nadie estamos escapando. A ellos se le suman…

  • Angustia
  • Insomnio
  • Apatía
  • Irritabilidad
  • Fatiga
  • Miedo
  • Inseguridad
  • Falta de autoestima
Representación del insomnio
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Dicen mucho del tiempo que estamos viviendo y también dicen mucho de ti.

Las noticias no dejan de hablar, el estrés produce daños en el cuerpo, provoca o empeora las enfermedades, cada vez hay más gente medicándose para controlar su ansiedad, y los que han llegado al límite ahora enfrentan una depresión, el síndrome de burn-out, por decir algunos.

Por si fuera poco, tenemos encima los efectos de la pandemia, la explosión de crisis sociales y económicas cada vez más fuertes en un mundo tan conectado que sus efectos y amenazas ya se dejan sentir, inestabilidad laboral, empresas que cierran y recortan personal, el riesgo en las calles… esto ya no solo lo ves en las noticias, llegas a casa con la preocupación de cuándo te va a tocar a ti.

El control se nos está yendo de las manos.
¿Dónde vas a encontrar felicidad o paz entre todo esto?

Frente a cualquier crisis, la gran capacidad del ser humano es adaptarse, la sobrevivencia no es del más fuerte, es del que tiene la mejor capacidad de adaptación, pero…


¿Qué tan sana es tu forma de adaptarte, qué tanto daño te puede estar haciendo?

Una gran parte de los síntomas y del malestar emocional que te atormentan y te molestan, podrían deberse a tu gran capacidad para adaptarte, de siempre hacer espacio para una molestia más, para hacer una renuncia más, para tragarte las lágrimas una vez más.

No es tu culpa.

Es así como hemos aprendido.

A lo largo de nuestra vida enfrentamos diversas dificultades y problemas, y la manera en que aprendemos de resolverlas para salir adelante, está influenciado de manera determinante por nuestro entorno.

Este nos dice y nos enseña «qué y cómo» se enfrentan los probleas.

Y si somos honestos, muchas veces estas enseñanzas están más enfocadas en la funcionalidad y practicidad que en un interés por la salud y el bienestar, solo hay que reflexionar un poco para darse cuenta que:

  • Pensar que tienes que “aguantarlo todo” no parece muy saludable.
  • Compararte con tu compañera de escritorio que parece trabajar más que tú y tolerar más frustraciones que tu, tampoco lo es.
  • Y esas frases de siempre sacar la mejor versión de ti y enfocarte “sólo en lo bueno”… parece que esconde una invitación a la auto-explotación y a ignorar tus problemas (pero qué crees, tus problemas no se resuelven cuando sólo los ignoras, usualmente se hacen más grandes).
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Lo que has aprendido y la manera en que lo has hecho muchas veces es lo que te limita, mucho de tu malestar y de tus síntomas nacen con estas enseñanzas.

Moldean la forma en la que resuelves tus problemas, el cómo te relacionas con las personas y con tu propia vida.

Un mal aprendizaje o sencillamente la incapacidad para aprender nuevas formas pueden mantenerte atrapado en el mismo lugar, sin avanzar y sin resolver tus problemas, viviendo algo así como un eterno retorno de lo mismo donde terminas preguntándote por qué siempre te pasa “esto”… sea lo que “esto” sea.

Es por eso que simplemente “echarle ganas” no funciona. Porque no se trata sólo de seguir aguantando como te han enseñado.

Si quieres salir adelante, dejar de cerrar ciclos para seguir abriendo otros exactamente iguales, si quieres aprender la manera de poder perseguir, lograr y trabajar por tu paz y tu felicidad primero tienes que des-aprender un par de cosas.


Aquí es donde te puedo ayudar.

  • A entender lo que te pasa y lo que pasa a tu alrededor
  • A que re-conozcas tus sentimientos
  • A que reflexiones sobre cómo te relacionas con tus pensamientos…
    • tus emociones 
    • tus ideas
    • las personas a tu alrededor
    • tu entorno
  • A que aprendas nuevas formas de relacionarte con todo ello.
  • A que hagas de tus propias soluciones, tu propia manera de contar tu vida.
  • A que recuperes tu calma y tu paz.

¿Cómo vas a lograrlo?

A través de la asistencia psicológica (Desde la Psicología Social Clínica, te lo explico más adelante) analizaremos tu malestar, las razones por las que te sientes así y la forma en que has aprendido a adaptarte, a sentir y pensar, entenderás cómo esto te está ayudando o perjudicando. 

Te orientaré a lo largo de un análisis que te ayudará a reafirmar aquello que te está haciendo bien, a cambiar lo que te hace daño y a aprender nuevas formas de conducirte en tu vida y de enfrentar los problemas.

Lograrás identificar el verdadero problema para que puedas enfrentarlo y resolverlo.

Ansiedad, estrés, tristeza, falta de control… no son realmente el problema, son los síntomas que te señalan que algo anda mal.

Desde la Psicología Social Clínica.

Vivimos tiempos atravesados por fuertes crisis sociales, filosóficas, económicas y personales. Y queramos o no, nos demos cuenta o no, todo esto nos afecta, moldea nuestra forma de ser y también le da forma a nuestro malestar.

Pretender explicarlo todo es una locura, pero pretender explicar desde una mirada centrada sólo en la individualidad lo es todavía más, no puedes arrancarte del medio en el que vives.

La Psicología Social entiende a la persona en su propia individualidad y en permanente relación con su medio, su historia y su cultura. Así analiza el surgimiento de su malestar y plantea las estrategias para resolverlo.

No ofrece diagnósticos de enfermedades ni etiquetas, pues aunque son conceptos útiles para explicar de alguna manera la identidad y el malestar emocional, también pueden fomentar la estigmatización, cargar la culpa sobre el afectado que padece algún malestar y limitar las posibilidades de la persona de alcanzar una mayor  autonomía. (Además de que responde a lineamientos ideológicos que limitan el desarrollo del ser humano)

En todo caso la psicología social entiende la identidad y el malestar como procesos vivos y continuos sobre los que se puede intervenir para el beneficio de las personas.


Si ya estás listo, hay un par de cosas que debes saber antes de dar el paso.

En una de las formaciones en las que estuve, una de nuestras compañeras preguntaba si todos deberían ir a terapia psicológica…

No hay una manera fácil de responder a esto.
En todo caso yo re-formularía para preguntar:

¿Quién está listo para asistir a terapia?

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Porque no es una tarea fácil.

Es para aquellos que están dispuestos a enfrentarse a sí mismos.
A darle cara a su angustia y a sus ansiedades,
a aquella comodidad que han hecho en su malestar, porque por increíble que parezca, uno termina por acomodarse en su malestar.

Va a exigir otra versión de “lo mejor de ti”, que deje de romantizar sólo lo que te agrada y te es cómodo y que de su lugar a lo incómodo, dejando de ignorar lo que te molesta, para resolverlo o para aceptarlo. Trabajando una versión más completa de ti.

Es un trabajo para los que ya se cansaron de aguantarlo todo y que necesitan y quieren seguir hacia adelante, dejar de repetir siempre lo mismo.

Te enfrentarás al dolor, a la incomodidad, la negación y ganas de abandonar…

Pero cuando logres enfrentarlo, esto te ayudará a recuperar el control,
a crear un propósito…
a abrir el círculo y dejar de repetir..


Ahora tienes dos opciones

Seguir aguantando y pasar de largo…

Adentrarte en el trabajo que va a ayudarte a recuperar tu bienestar y el control.


Puedes esperarte al último momento y averiguar de tu propia mano si todavía puedes seguir aguantando, como sea el consultorio y el teléfono siempre están abiertos 😉 aunque tampoco se trata de llegar derrapando en una carrera para salvar lo que queda de tu salud mental.


Pero si estás harto de esperar y estás listo para ir por tu paz y recuperar el control…

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También te dejo un enlace a otras formas en que puedes ponerte en contacto conmigo y con mi trabajo.

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