Rituales para empezar bien el año (2023)

Rituales para empezar bien el año Pigmalión

El fin está cerca

Se acerca el final del año y con ello las festividades y los rituales para despedir al 2022 y recibir un año nuevo.

“Love is in the air”, las esperanzas de algo nuevo, de algo mejor y más significativo flotan en el aire, al igual que un correspondiente cinismo. Una especie de actitud que critica “sin demasiado juicio crítico” y de acidez que se deja explotar frente aquellos que quieren ilusionarse y que aún encuentran sentido por el nuevo año.

Un cinismo medianamente silvestre que poco o nada se corresponde con la postura filosófica que supuestamente le da nombre a la actitud. Que bajo la denuncia de “nada tiene sentido”, refiriéndose a las festividades y rituales de fin de año, posiblemente enmascara un reproche y un corazón partido que sigue en busca de un significado del cuál sostenerse.

Como el niño que se enoja cuando pierde en el fútbol y en el berrinche se lleva su balón, este cínico del que hablamos pudo haber perdido su conexión con los rituales y el sentido que conducían, y la conducta que adopta es la de “si yo no puedo encontrar aquí un sentido, tú tampoco puedes”, y trata de arrebatarte tu balón.

¿Dónde está el sentido?

Sin embargo esta denuncia de sinsentido no es necesariamente falsa o equivocada. El cambio del tiempo, el paso de un año a otro, no tienen sentido en sí mismo, el sentido y el significado no es inherente a él, estos son el resultado de una producción simbólica que remite a la cultura y a ciertos polos o núcleos de identidad que cada sociedad crea y hace posibles.

Y cierto es que vivimos tiempos donde estos polos de identidad se van resquebrajando, van perdiendo su fuerza y la cultura se va vaciando de sus formas y simbolismos anteriores, por lo que los rituales van perdiendo su efectividad y empiezan a desaparecer.

Photo by Thiago Matos on Pexels.com

Las pocas prácticas y costumbres que se van quedando llegan a conservarse a veces sólo en su forma sin conducir ningún sentido, sin significar nada en particular.

El sentido empieza a escaparse de nuestras manos.

Esto es lo que posibilita aquella denuncia cínica. Es el “grito”, quedo y casi silencioso, de los que poco a poco están dejando de sentirse cobijados por el sentido.

En el libro “La desaparición de los rituales” del filósofo Byung Chul Han, el autor comenta que nuestros tiempos se están quedando sin rituales, que hay una carestía de lo simbólico, que la formación de nuestras identidades va perdiendo no sólo fuerza sino sus puntos de referencia. Por lo que nos vemos llevados a hacer un encolado, un “collage” de diferentes restos culturales y sobre todo productos comerciales para salvar(nos) (d)el vacío de identidad.

Responsabilidad de crear

La época que vivimos está marcada con esto, la transición, la muerte acelerada de uno o varios tiempos, de las formas, costumbres y tradiciones anteriores y sus pilares de significación, con la incertidumbre que esto conlleva … pero también con la oportunidad de crear algo nuevo, y de hacerlo con un poco más de consciencia.

Una especie de “horrible horrible libertad” que nos arroja irremediablemente a la responsabilidad de crear y apropiarnos del sentido, cosa más grande e importante.

El 2022 ha terminado, y aún si seguimos en medio de la incertidumbre social y personal, si nuestros nuevos pilares de identidad son jóvenes y frágiles esto no tiene que impedirnos – a nadie – disfrutar del evento y sus rituales, los que nos quedan, ya sea que creas en ellos o no.

Ya sea que busques el amor, la suerte, el dinero o los viajes.

Reapropiarse del sentido. Habitar el tiempo

Byung Chul Han dice que los rituales ayudan a ordenar el tiempo, a hacerlo habitable.

Participar en ellos puede no sólo ser divertido sino que presentan la oportunidad para investir de significado y eficacia al cambio y al tiempo mismo, si somos capaces de involucrarnos conscientemente en ellos.

Pensando de este modo, hay un par de rituales a los que podemos prestar atención, las uvas y tu lista de propósitos.

En México un ritual común para la cena de fin de año es pedir deseos mientras se comen las 12 uvas al ritmo de las campanadas de las 12. Cual si estuvieramos invocando a Shen Long.

Algunos de estos deseos los hemos pedido año tras año, sin llegar realmente a verlos cumplidos. Bajar de peso, cuidar de tu salud mental, hacer ejercicio, cambiar de trabajo, iniciar ese proyecto que lleva años guardando polvo entre tus notas.

Llegamos a mitad de año y ni siquiera hemos dado el primer paso para ninguno de ellos, no es una gran sorpresa, simplemente nos rendimos a la inercia de cómo hemos hecho las cosas toda la vida mientras seguimos soñando que algún día la magia o algún milagro nos hará verlos realizados. 

Pero “algún día” no figura en el calendario.

Photo by Bich Tran on Pexels.com

Y es que parte del problema parece estar en que, precisamente, son sólo deseos “sueltos al aire”, cosas que nos gustaría que nos sucedieran, éxitos que nos gustaría alcanzar pero para los que ni siquiera los hemos visto de frente, en su posibilidad o irrealidad, no nos hemos planteado una ruta, el trabajo y los sacrificios que pueden implicar.

Para muchos de estos deseos no sólo no existe un plan, muchas veces ni siquiera una intención suficientemente fuerte para verlos realizados ni una idea clara de por qué perseguimos lo que sea que deseamos.

De alguna manera es parte de la magia de pedir un deseo, se pide un regalo, no un resultado del esfuerzo, pero la vida parece funcionar de distinta manera.

Sin embargo, se puede abordar de manera diferente, sin renunciar a la magia de los rituales de año nuevo, solo un ligero cambio.

En otras partes del mundo, el ritual de las uvas se hace para invocar a la suerte, mientras que los deseos se convierten más bien en una lista de propósitos para iniciar el año.

Ese cambio puede ser significativo, porque aporta un propósito y marca el paso del calendario como algo más que un cambio de día, es un inicio con mayor claridad e intención, con un camino medianamente más marcado.

Ahora, esta lista de propósitos puede ser tan inmensa como quieras cambiar tu vida, siempre es bueno soñar en grande, sin embargo, no necesitas anotar en tu lista 20 propósitos que a mitad de febrero te van a agobiar por la cantidad de trabajo, cambios y compromisos en los que te habrás embarcado.

Eso sin mencionar que además te vas a enfrentar a la angustia que todo cambio implica, nuestra mente suele resistirse a abandonar los patrones de comportamiento que ya conoce y que por tanto tiempo han sido parte de ti, por eso tantas personas regresan siempre con su ex a pesar del daño que la relación les pueda estar ocasionando.

No se trata de tomar la vida a cuentagotas pero sí de una manera más inteligente y que te permita sostener tu apuesta. Tu lista de propósitos para iniciar el año puede ser corta pero significativa, pensando en los cambios que quieres y necesitas realizar, y las metas que te ilusionan.

Casi nada queda antes de la cuenta regresiva. E independientemente de cuando leas esto “siempre” es un buen momento para detenerte, sumergirte en la pausa, valorar lo que se ha ido y prepararte para lo que viene. De releer el cuento que te cuentas de tu vida y analizar donde hace falta alguna ligera o grande edición.

Si puedes acompañarlo con el inicio de año podrías tener contigo la ventaja de la eficacia simbólica y empezar a marcar la diferencia de tus años.

Photo by Luis Quintero on Pexels.com

Una mano amiga

Algunos ya tendrán claro el rumbo que quieren emprender, otros, lo habrán masticado múltiples y repetidas veces sin llegar aún a la resolución que necesitan. Todos los emprendimientos son válidos, concentrate, fijarte en otros es bueno un punto de referencia pero no es una escala para medirte a ti ni al valor de tu esfuerzo.

No todos empezamos la carrera en el mismo lugar.

Para todos aquellos que aún no tengan claro el camino, una mano siempre viene en ayuda. No se trata de que alguien más venga a decirte qué y cómo lo tienes que hacer, sino de tener el acompañamiento para plantear preguntas diferentes a las de siempre y repensar una y otra vez en tus respuestas, hasta que encuentres lo que estás buscando.

La vida no viene marcada con una guía, y la prueba y error es de los únicos caminos para asentar nuestro paso, configurar un destino, un presente y elaborar el pasado. Pero nadie ha dicho que ese camino tienes que recorrerlo sólo.

Lo peor que puede pasar es que las cosas cambien, y quizás un cambio, no sólo de año sino de dirección y propósito es lo que necesitas.

Aquí te puedo ayudar.

Gente preciosa, queridos lectores y escuchas, con esto nos despedimos de este año. Ha sido un final de año ajetreado y ocupado, pero seguimos y seguiremos aquí. Les agradezco infinitamente a los seguidores del programa y les deseo un bello fin de año y un inicio espectacular.

Aquí nos seguiremos viendo, con más plática, y mucho cariño. Felíz fin de año!

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