¿Cómo nos afectan las crisis sociales?

¿Cómo nos afectan las crisis? Pigmalión

Hay muchas formas de pensar en lo que el ser humano es, y en cómo hemos llegado a ser “esto”. Una de las descripciones que más me gusta dice que:

somos el punto de llegada de la historia que viene detrás de nosotros

de diferentes procesos pasados y actuales en ejecución, de las relaciones que establecemos hacia dentro y hacia fuera, de los cambios y las diferenciaciones, y ahí yo sumaría las crisis.

Vivimos tiempos marcados por profundas crisis, sociales, económicas y filosóficas.

Captura de escena del Joker (2019) bailando
Película Joker 2019

Las viejas convenciones sociales, el sentido que tenían nuestras prácticas y costumbres y básicamente toda la cosmovisión llevan un rato tambaleándose (un septiembre largo para toda la estructura social).

Y todo este movimiento, esta falta de estabilidad en nuestra estructura social se traduce en una falta de claridad para nuestras vidas cotidianas y una ausencia de sentido (o un sentido muy débil, muy frágil) para las cosas que hacemos, las decisiones que vamos tomando.

La falta de claridad podemos sentirla en el camino y la dirección que damos a nuestras vidas. No hace tantos años la gente todavía lo tenía medianamente claro, tenían que crecer, estudiar lo que se pudiera o si se podía, conseguirse un trabajo, formar una familia, retirarse con el tiempo.

Familia mexicana cenando
Familias en México

Con mayor o menor éxito y satisfacción, con las libertades «un poco» más reducidas pero contaban con una dirección para sus vidas, ya sabían lo que tenían que hacer y no había mucho que cuestionarse, era poco o inexistente el espacio que existía para hacerlo y el proyecto estaba puesto ahí para casi todos.

Hoy, aunque el proyecto sigue puesto ahí, cada vez son y somos más los que no podemos sentirnos identificados con él, ya no responde a todos por igual ni de la misma manera, ya no vehiculiza el mismo sentido para todos; ya sea porque como proyecto de vida no aporta suficiente plenitud para todos o porque el discurso del “deber-hacer social” ha perdido fuerza y lo vamos cambiando por el de: “poder hacer”… que también se ha vuelto una trampa pero eso lo veremos en otra ocasión.

El sentido de lo que hacemos también se siente muy amenazado, algunas cosas las hacemos por presión social, por quedar bien, para no defraudar a nuestros padres o amigos aunque para nosotros no represente algo valioso, y las pocas cosas que verdaderamente elegimos desde el corazón las vemos cuestionados por mucha de la gente que nos rodea, y nos sentimos inseguros de eso que elegimos y en el peor de los casos, avergonzados o culpables. 

Nos sentimos constantemente amenazados

y eso nos dificulta mantenernos firmes en nuestras decisiones y la dirección que apenas vamos logrando tomar para nuestras vidas.

Mujer frustrada en escuela

Así, sin un sólo gran proyecto social, surgen miles de respuestas y modelos diferentes del “cómo llevar tu vida”, unos más sanos que otros, unos más ilusorios que otros, y unos más alienados que otros.

Que por cierto, uno de esos modelos del “cómo llevar tu vida” y cómo hacerla significativa, se ha volcado fuertemente al trabajo, pasando de ser un medio para construir la vida a ser un fin en sí mismo, con sus grandes consecuencias cuando es llevado al extremo, tema para otro artículo.

La falta de claridad y sentido nos van llevando a armar una vida de retazos, de apuestas medio sostenidas, ateniéndonos a modelos ajenos de una vida plena y cediendo a la presión social.

Vamos haciendo ahorros de frustración porque no termina de convencernos lo que hacemos, de tristeza por lo que vamos dejando ir, de estrés y ansiedad porque seguimos sintiéndonos en la incertidumbre y de angustia porque no le vemos una salida a esta forma de vivir.

La vida sigue, y estemos listos, preparados o no, tenemos que seguir con ella, tenemos que tomar decisiones, formar un camino para nuestra vida y buscar la manera de darle sentido a lo que hacemos, de sostenerlo y de que nos importe.Nos han arrojado a la libertad armados con la incertidumbre y con ello a la responsabilidad de elegir los caminos y apuestas en las que construiremos nuestra vida.

Pero eso no parece del todo malo…

Tenemos la oportunidad de elegir.

Photo by Anete Lusina on Pexels.com

El reverso de la incertidumbre y de que no exista un sólo gran proyecto social significa que las cosas no están dichas, no han quedado fijadas, no se han estancado y por eso tenemos la oportunidad de construir ahí.

La gran tarea se vuelve entonces inventarse una vida con sentido.

recurrir a nuestra creatividad y hacer profundos reconocimientos de qué y cómo queremos nuestra vida, para negociar con la realidad.

Cambiar un poco las formas en que hemos aprendido a hacer y valorar las cosas, por ejemplo, si estamos hartos de que los demás cuestionen nuestras formas de hacer, primero, poner límites, y darnos cuenta que parte de lo que ahí se juega es que cuando tomamos nuestras propias decisiones y tenemos nuestras propias apuestas de sentido, los demás pueden sentirse amenazados si este no coincide con el que ellos han querido construir, si no coincide con lo que ellos piensan; lo que tenemos que aprender es que el hecho de que mi sentido y mi quehacer sean diferentes al tuyo, no quiere decir que ninguno de los dos valgan más o valgan menos, son diferentes. Uno no tiene por qué amenazar al otro.

Despojarnos de esas trabas, de las ilusiones que no nos corresponden porque no son nuestras y quizás atender a las carencias internas que llevan tiempo tomando las decisiones por nosotros, de manera inconsciente.

Las crisis de nuestras grandes estructuras sociales no están allá en algo lejos e intangible que llamamos lo social, están en la casa, en nuestras relaciones y tienen repercusiones directas en nuestra forma de pensar, de sentir, de ver la vida, incluso de cómo consideramos la salud y la enfermedad o el malestar. 

Estas crisis queramos o no ya son parte de nosotros y si bien, algo nos han arrebatado, también se plantea un nueva oportunidad, una que no estaba muy presente antes, ser nosotros los que podemos y tenemos que decidir.

Pigmalión apuesta por esto

Photo by Pixabay on Pexels.com

Que frente a la incertidumbre podemos poner a prueba nuestra libertad, elegir y crear.

Algunos tienen las herramientas para hacerlo, y los que aún no cuentan con ellas, para los que la vida les está siendo una carga, es pesada y aún no encuentran la manera de encararla y no ven la forma de salir adelante, Pigmalión tiene una mano tendida para ellos.

La forma de salir adelante y remontar estas crisis existe y nadie ha dicho que tienes que hacerlo sólo, abandonados a los propios recursos cuando a veces incluso necesitamos ayuda para poder identificar cuáles son esos recursos con los que ya contamos y cuáles son esos que podemos construir.

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